El probable trasiego a las pandillas haitianas de armas y municiones desaparecidas en los últimos años de dos bases militares de Colombia avisa de la necesidad del despliegue de tropas extranjeras en la vecina nación.
El presidente Gustavo Petro, quien dijo que hay más de un millón de municiones perdidas, entre explosivos, granadas y misiles de las bases militares de Tolemaida y La Guajira, atribuyó la sustracción a redes nacionales y extranjeras vinculadas al tráfico de armas.
Pese a las restricciones a la venta de armas a Haití impuestas por diferentes países los líderes de pandillas haitianas se pasean con artefactos modernos. En la vecina nación, aunque carece de Ejército, nunca se ha denunciado la falta de municiones ni siquiera para la Policía cumplir su limitada misión.
Por supuesto que no todas las armas sustraídas en Colombia se vendieron, pero inquieta que a la nación llegaran aunque fueran unas cuantas.
El trasiego de armas ha sido un estímulo para el narcotráfico, la criminalidad y la delincuencia en varios países de la región. Denuncias como la de Petro son para que se entienda y acelere el despliegue de tropas extranjeras en Haití.