EL NUEVO DIARIO, REDACCIÓN ECONÓMICA.- Alrededor de este año 2024 algunas empresas o entidades se han declarado en la quiebra, ya sea por la inflación o por otros factores.
De acuerdo a datos de la revista Mercado, una de las entidades que quebraron este 2024 en Estados Unidos fue Tupperware Brands, famosa por generar productos plásticos para el hogar y tras largas décadas de innovar la organización no pudo soportar los cambios radicales del mercado que trajeron como consecuencia la caída en sus ventas, la competencia de marcas emergentes y una fuerte presión económica, lo que a su vez, la llevó a su fin en septiembre de este año. Fue fundada en 1946.
Avon fue otra de las marcas que también quebró en agosto de 2024. Luego de ser una de las empresas en ser líder de cosméticos desde 1886, Avon tuvo un gran caída en sus ventas tras no lograr mantener en crecimiento en las mismas, con respecto a años anteriores. Otro de los aspectos a destacar que contribuyeron a su caída fue la falta de liquidez, porque la empresa no produjo suficiente flujo de efectivo para cubrir sus costos operativos ni sus deudas.
A pesar de sus esfuerzos las ventas de Avon siguieron la ruta de la reducción gracias a la falta de innovación y la creciente competencia de marcas más ágiles y con modelos de negocio más modernos.
Sin importar sus esfuerzos, Spirit Airlines se enfrentó a problemas financieros graves, que ayudaron a que se declara en la ruina. A lo largo del tiempo, la aerolínea había sido aceptada por un público que demandaba su modelo de negocio de «bajo costo y tarifas adicionales», y esto le ayudó a mantener precios atractivos para los pasajeros. Sin embargo, una combinación de factores externos e internos terminó por llevarla a una situación financiera inconstante.
Uno de los motivos más críticos que derrotó a Spirit Airlines fue la fallida fusión con JetBlue Airways, una operación que había sido anunciada con grandes expectativas, pero la intervención de las autoridades antimonopolio de EE.UU. impidió que se concretara.
Los reguladores de la competencia consideraron que la fusión reduciría la competencia en el sector de aerolíneas de bajo costo, lo que obligó a ambas aerolíneas a abandonar el acuerdo.
Red Lobster también desapareció del mercado, una de las empresas mejor reconocidas por su interesante cadena de restaurantes de mariscos y su gran oferta de productos de mar tuvo que quebrar producto de la competencia en el sector, altos costos laborales y saturación de restaurantes.
Miracle Restaurant Group (Franquicias de Arby’s), destacada por su cadena de comida rápida, su quiebra muestra los retos que atraviesan los franquiciados en un entorno sumamente competitivo. A raíz de la inflación que impactó a los costos de los insumos, limitó el poder adquisitivo de los clientes e incrementó los gastos operativos esta este grupo no pudo seguir en el mercado.
Otros factores que influyeron fueron los precios altos de ingredientes básicos como carne y pan que afectaron la rentabilidad de las franquicias, las cuales se vieron de cara a las dificultades para trasladar estos aumentos a los consumidores sin perder competitividad.
La cadena estadounidense de restaurantes informales TGI Fridays Inc., tuvo un caída en sus ventas gracias a la Covid-19 donde también influyeron las restricciones sanitarias, el cierre temporal de locales y la disminución de la demanda de comensales.
La empresa logró recuperarse pero los efectos prolongados de la pandemia en el comportamiento del consumidor, junto con la reducción de la capacidad operativa, afectaron su flujo de caja y su rentabilidad y se vio de frente a una competencia cada vez más feroz en el sector de la restauración, especialmente con el aumento de opciones de comida rápida, la expansión de plataformas de entrega y la preferencia de los consumidores por experiencias gastronómicas más convenientes y saludables. Esto trajo como consecuencia su declaración en bancarrota.
KidKraft se suma a otra de estas empresas que no siguieron adelante. Una entidad que produjo juguetes de madera y muebles para infantes, dijo que gracias a las condiciones del mercado, cada vez más retadoras, tuvo que declararse en la ruina.
KidKraft tuvo que verse de cara a la caída de sus ventas y no se adaptó a cambios del mercado que estuvieron marcados por la innovación de juguetes tecnológicos lo que trajo como consecuencia un impacto negativo en sus ingresos y sostenibilidad financiera.
iSun, muy conocida por suministrar sistemas de energía solar y una de las empresas más importantes en el ámbito de energías renovables se declaró en quiebra luchando con fuertes problemáticas financieras y una gran incapacidad de sostenerse en el mercado competitivo.
El organismo proveía soluciones de energía solar para hogares y empresas pero no alcanzó adaptarse a los rápidos avances tecnológicos ni a los cambios en la demanda del mercado. Sumado a esto ¡Sun no optimizó sus operaciones ni su flujo de caja de forma eficiente.
LaVie Care Centers, que ofrecía servicios a través de una red de centros de atención de enfermería y hogares de ancianos, quebró este año, combatiendo una serie de retos financieros que pusieron en riesgo su viabilidad a largo plazo. La empresa, que operaba en un entorno importante para la salud y el bienestar de los adultos mayores, no derrotó las presiones económicas de altos niveles de deuda, costos operativos crecientes, y la fuerte competencia en el sector de la atención geriátrica.
LaVie Care Centers tuvo un factor detonante para su ruina: su creciente carga de deuda. La empresa, que dependía de los ingresos producidos por sus centros de atención, no pudo ser eficiente en sus pasivos financieros en tanto que los costos operativos subieron y la demanda de sus servicios fluctuó. La carga de la deuda, en combinación con los bajos márgenes de rentabilidad del sector de la salud, dificultó su capacidad para seguir a flote financieramente.
La empresa Takeoff Technologies, dedicada a ofrecer soluciones de automatización para pedidos de comestibles en línea, enfrentó grandes desafíos financieros y competitivos que no le permitieron seguir creciendo ni tampoco mantenerse.
Sin importar que contaba con un modelo de negocio radicado en la tecnología avanzada para mejorar la eficiencia en el comercio de comestibles, la escacez de inversión adecuada y la incapacidad para escalar su modelo de negocio en un entorno de rápida evolución fueron factores clave en su caída. Un detonante fue la poca inversión para financiar su expansión y mejorar sus soluciones tecnológicas.
Finalmente, Rue21, que producía ropa hacia un público joven, tuvo fuertes problemas financieros conjugados por la caída en las ventas y la falta de adaptación a las tendencias del mercado de la moda.
Durante mucho tiempo, Rue21 fue una pieza clave en la moda juvenil, pero su modelo de negocio no logró evolucionar lo suficientemente rápido para mantenerse al día con las preferencias de los consumidores.