El nombramiento de Kelvin Cruz como ministro de Deportes, aunque sorpresivo para muchos, ha sido valorado de manera positiva y estratégica por la mayoría de los actores del ámbito deportivo.
A pesar de que había varios aspirantes a la posición, la tirantez entre ellos, facilitó la decisión de escoger a un externo con alta popularidad.
Cruz, aunque no era el favorito, no es ajeno al deporte: ya había sido funcionario de SEDEFIR bajo la dirección de su buen amigo César Cedeño, y ha sido un ferviente promotor del baloncesto, contribuyendo al desarrollo de torneos en su ciudad natal.
Es decir, no es un neófito en este campo.
Hasta ahora, su gestión ha transcurrido sin grandes sobresaltos, marcada por acercamientos y reuniones, pero sin iniciativas concretas que generen movimiento desde el MIDEREC.
Como político experimentado, Kelvin Cruz ha estado en una etapa de observación, similar al primer asalto de un boxeador que estudia a su rival.
Sin embargo, ya nos encontramos en el segundo asalto, y no se ha visto la acción esperada, lo que comienza a generar inquietud entre quienes observan.
El público puede aburrirse si no se percibe actividad.
Es hora de que el ministro acuda a buenos asesores que le indiquen cómo tener un buen arranque. Sabemos que todavía quedan de la de la gestión pasada, pero algunos solamente buscan su propio beneficio y lamentablemente, algunos de ellos, en su afán por ganar terreno, han comenzado a atacar a su antecesor »jefe»: Francisco Camacho, con calificativos como “dictador” y “déspota”.
De esos aliados circunstanciales, precisamente, debe cuidarse, Kelvin Cruz, especialmente de aquellos que, desde sus posiciones en MIDEREC, fomentan conflictos con las Federaciones Deportivas Nacionales.
Un ejemplo de estas tensiones es la participación de funcionarios del Ministerio en los procesos electorales de federaciones como Atletismo, Hockey, Pentatlón Moderno, Esgrima y Voleibol, alegando que siguen directrices del ministro, en una supuesta estrategia del Partido Revolucionario Moderno (PRM) para controlar las federaciones.
Mi consejo a Kelvin Cruz es que, si bien aún no ha habido eventos deportivos o recreativos relevantes en su gestión, al menos, debe establezca directrices claras para nadie use su nombre y el de su partido en esa lucha de guerra fría de querer apoderarse de las federaciones.
Su carácter y su experiencia política y de gestión lo llaman a ejercer control, sólo necesita estar rodeado de buenos asesores.
Todos esperamos que en este “tercer asalto” se lancen algunos golpes, porque el público, el venerable público, está pidiendo acción.
Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com