Flor Delis Santana, Lelis Arias y Valery Hernández (Diseñadora: Elines Arias El Nuevo Diario)
Por: Yipsy López
SANTO DOMINGO, EL NUEVO DIARIO.- El sol apenas comenzaba a asomarse la mañana de ese viernes 11 de octubre, cuando Lelis Arias, una valiente mujer de 71 años, recordó el momento que cambió su vida para siempre: su diagnóstico de cáncer de mama.
Sus nietas, Valery Hernández y Flor Delis Santana, compartieron cómo la enfermedad transformó no solo a Lelis, sino a toda su familia.
“Eran un poco caóticos; porque habían discusiones de que uno quería hacerlo de una manera y otro de otra; no había una unión en ese momento”, admitió Valery, revelando las fuertes luchas que vivió su familia durante aquellos primeros meses.
Por su lado, el amor familiar salió a relucir y se convirtió en el pegamento que unió aquellas piezas rotas. “Se separaron un poco cada uno; pero ya luego comenzaron como acostumbrarse al tema y a poder ayudar más en conjunto”, dijo Flor Delis, resaltando la importancia de su unión durante esos tiempos de crisis.
La pérdida del cabello de Lelis se convirtió en un símbolo devastador dentro de su lucha. “El ver que a mi abuela se le cayera el cabello, para mí eso era terrible. Ese fue el momento que me di cuenta que ella tiene cáncer”, compartió Valery, mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas, reflejando el profundo dolor que sentía.
Lelis sonrió al recordar a sus hijos y nietos acompañándola en las citas médicas. “Había veces que me decían: ‘¿Por qué hay tanta gente aquí?’”, expresó con gratitud mientras dejaba claro que la unión familiar era necesaria incluso en los momentos más difíciles.
El impacto emocional del cáncer no se limitó a Lelis. Flor Delis relató cómo su abuelo, íntimamente ligado a su abuela, enfrentó la noticia de su diagnóstico con una tristeza profunda. “Él no quería que ella se muriera primero. Para él, el cáncer significaba la muerte”, expresó, mostrando cómo el miedo puede derrumbar incluso a los más fuertes.
La familia atravesó momentos oscuros, especialmente durante las fiestas de navidad. “Cayó en cama, no recordaba nada, ya no encontrábamos solución alguna”, lamentó Flor Delis, recordando cómo la depresión que atravesó su abuelo borró la alegría de esas celebraciones.
La tristeza se agudizó con la muerte del esposo de Lelis, quien siempre había sido su apoyo incondicional. “Ella siempre fue fuerte en el proceso hasta que mi abuelo murió; la veíamos más desgastada que al inicio”, dijo Flor Delis, mostrando cómo la pérdida de su compañero de vida afectó profundamente a Lelis.
A pesar de todo, Lelis ha aprendido a valorar la tranquilidad y el apoyo de su familia. Sin embargo, también reconoció que su vida cambió en cuanto a “Como tratarme yo misma; ya no trabajo igual”, confesó, con actitud de aceptación.
Esta historia fue grabada en el set de El Nuevo Diario Podcast y forma parte de la campaña “No todo es rosa”, una colaboración de la Fundación Juliana Oneal y El Nuevo Diario, que busca visibilizar la complejidad de la lucha contra el cáncer de mama.
Las experiencias de Lelis y su familia nos recuerdan que detrás de cada diagnóstico hay un ser humano que lucha, una familia que se adapta y una historia de amor que, a pesar de las pérdidas, sigue resonando en los corazones de quienes permanecen unidos en medio de la adversidad.