Lidia López. (Diseño: Elines Arias)
Por Yipsy López
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. La mañana del viernes 11 de octubre, se presentó al estudio de grabación de El Nuevo Diario Podcast, Lidia López, una mujer de 38 años, quien compartió su historia con una fuerza y valentía inigualables.
Lidia reveló que, en noviembre de 2021, a sus 35 años, recibió la devastadora noticia que cambió su vida: había sido diagnosticada con carcinoma ductal invasivo con metástasis, “Cáncer de Mama”. El descubrimiento llegó de forma inesperada. Después de participar en una campaña de concienciación, Lidia decidió autoevaluarse. “Varias noches después de la campaña, sentí un punzón y encontré una bolita. Supe que tenía cáncer”, recordó, con sus ojos llorosos.
Para Lidia, el cáncer de mama era sinónimo de muerte, especialmente tras la pérdida de su madre a causa de esta enfermedad. Al recibir su diagnóstico, el miedo la invadió. “No me quiero morir”, pensó, consciente de que ya había perdido a su madre por esta misma lucha. Regresó a casa y, al entrar a su habitación, se desplomó. “Cuando todos mis proyectos empezaban a crecer, a expandirse, ahora todo iba a tener que ponerse en pausa para salvar mi vida”, confesó, llena de angustia.
La soledad que sentía su madre durante su proceso resonaba en la experiencia de Lidia. “Me dolía no haber estado allí para ella”, expresó, con la voz entrecortada. No obstante, encontró fortaleza en su círculo más cercano. “Mis amigos. Mi madrina, por ejemplo; era la única que yo permitía que me acompañara a las quimioterapias. Mi mejor amiga, mi socia”, resaltó, evidenciando el valor de la amistad en sus momentos más difíciles.
La pérdida de su cabello fue un reto que enfrentó con valentía y de una forma diferente. “Para mí la pérdida del cabello fue divertida”, dijo, sonriendo. Sin embargo, también compartió un momento conmovedor: una mañana, tras perder todo su cabello, su hijo de 6 años entró a su habitación y le dijo: “Mami, tenemos que hablar algo muy importante. Habrá personas que van a hacerte daño porque tú no tienes cabello y se van a burlar de ti. En ese momento, mami, yo quiero que te tapes los oídos y recuerdes que tú eres la mujer más hermosa para mí. Y que yo te amo como sea, con y sin cabello”, relató, con una mezcla de emociones que resonaban en cada palabra.
Además, Lidia recordó una noche especialmente difícil en la que no podía dormir debido al mal olor que destilaba su piel a causa de los medicamentos. “Me eché splash, y yo me bañaba y nada me quitaba el olor. Encuentro una botella de Champagne que yo tenía en mi casa desde hace 10 años. Yo me eché la champagne en el cuerpo, me bañé con Champagne y pude conciliar el sueño”, contó Lidia, con voz de desesperación, haciendo alusión a lo arduo que ha sido su proceso.
Mientras relataba su experiencia, Lidia enfatizó que esta enfermedad va más allá de lo físico. “El cáncer ataca la feminidad de una mujer”, reflexionó, señalando la complejidad emocional de la lucha, que en su caso fue intensificada por la pérdida de sus uñas a causa de la quimioterapia. Pero, a pesar de los desafíos, su esperanza siempre prevalecía. “Dios siempre te da las herramientas para superar lo que vives. No te desesperes”, concluyó con una sonrisa decidida.
Esta historia, compartida en el marco del mes de la lucha contra el cáncer, se presenta en el contexto de la campaña “No todo es rosa”, una colaboración de la Fundación Juliana Oneal y El Nuevo Diario, que busca dar visibilidad a estas realidades y destacar la importancia de la empatía y la concienciación contra esta enfermedad, que puedes ver a través del canal de YouTube de “Mambo de Juliana TV”: https://youtu.be/_HMfcb4X-PM?si=5a-ro4cNvmOt2Y4pN.