Por Rafael Gil
EL NUEVO DIARIO, HIGUEY.- El obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Jesús Castro Marte, encabezó este lunes el inicio de la Jornada de Formación Permanente del clero diocesano bajo el tema: Salud física, emocional y espiritual del sacerdote y el diácono.
La capacitación tuvo lugar en el auditorio de la Universidad Católica del Este (UCADE).
Durante el encuentro, el prelado agradeció la participación del sacerdote José Pastor Ramírez, inspector general de los salesianos en Las Antillas, quien fue el encargado de impartir la formación dirigida a los presbíteros y diáconos de la diócesis.
Monseñor Castro Marte subrayó la importancia de la salud integral del clero, advirtiendo que las múltiples responsabilidades pastorales pueden generar altos niveles de estrés y afectar su bienestar mental.
«Es fundamental que los sacerdotes y diáconos mantengan su equilibrio emocional, autoestima e inteligencia emocional para desempeñar su ministerio de manera efectiva», afirmó.
El obispo destacó que no solo se deben considerar las enfermedades físicas como la diabetes o problemas cardíacos, sino también trastornos mentales, estrés, desviaciones sexuales y descontrol social.
Ante estas realidades, instó a los sacerdotes a buscar apoyo psicológico o psiquiátrico cuando sea necesario.
Asimismo, enfatizó que «el mejor amigo de un sacerdote es otro sacerdote», subrayando la importancia del apoyo mutuo dentro del clero.
Además, advirtió que los sacerdotes no deben caer en el activismo social ni en roles sindicales, sino enfocarse en su misión principal: Ser servidores del Reino de Dios y trabajar por la salvación de las almas.
Monseñor Castro Marte también resaltó la necesidad de que los sacerdotes tomen tiempo para relajarse y disfrutar de actividades recreativas, recomendando vacaciones y ejercicio físico regular para liberar tensiones y mantener un equilibrio saludable en su vida.
Con esta jornada de formación, la diócesis de La Altagracia busca fortalecer el bienestar integral del clero, asegurando que estén física, mental y espiritualmente preparados para enfrentar los desafíos de su ministerio.