Crece la preocupación de que el organismo encargado de mantener el deporte libre de drogas ilegales esté fracasando en su misión, lo que ha llevado al Congreso estadounidense a cuestionar si seguir apoyándola.
Dos meses antes de que inicien los Juegos Olímpicos en París, la agencia mundial encargada de vigilar el dopaje en el deporte enfrenta una crisis cada vez mayor mientras elude acusaciones de que ayudó a encubrir los resultados positivos de nadadores chinos de élite que compitieron —y ganaron medallas— en las últimas Olimpiadas de verano.
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Las acusaciones son particularmente problemáticas para la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) —la cual durante mucho tiempo se ha promocionado como el modelo a seguir en el movimiento mundial a favor de la integridad en los deportes— porque crean la idea de que no se puede confiar en la agencia ni, por extensión, en todo el sistema creado para intentar mantener limpios los Juegos Olímpicos.
Los atletas preguntan de manera directa si se puede confiar en que la AMA cumpla con su labor principal de garantizar la igualdad de condiciones en París, donde algunos de los mismos nadadores chinos son favoritos para ganar más medallas.
Y, en días recientes, la presión sobre la AMA ha aumentado de manera significativa, en particular desde Estados Unidos, uno de los principales financistas de la agencia, y han surgido nuevos cuestionamientos respecto al nombramiento que hizo la AMA de un fiscal independiente para investigar las acusaciones, y a si la AMA ha brindado al público información precisa sobre el nombramiento, según entrevistas y documentos que revisó The New York Times.
El miércoles, el más alto funcionario antidopaje del gobierno de Joe Biden —quien también es miembro del comité ejecutivo de la AMA— le envió una carta punzante a la agencia antidopaje en la que expuso la necesidad de nombrar una comisión que en verdad sea independiente para investigar cómo se manejaron los casos positivos y exigió que su consejo ejecutivo celebre una reunión de emergencia en los próximos 10 días.
“Permítanme subrayar la preocupación extrema que he escuchado directamente de los atletas estadounidenses y sus representantes en relación con este asunto”, escribió el funcionario, Rahul Gupta, en la carta, la cual fue enviada con el membrete del gobierno de Biden. “Como ya he compartido con ustedes, los atletas han manifestado que se dirigen a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos muy preocupados por la igualdad de condiciones y la equidad de la competición”.
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Ese mismo día, el senador a cargo del subcomité que le otorga el financiamiento a la AMA, Chris Van Hollen, demócrata de Maryland, comentó: “Necesitamos respuestas antes de apoyar un financiamiento futuro”. (Estados Unidos es el país que más contribuye al presupuesto de la AMA: este año prometió más de 3,6 millones de dólares).
Luego, el viernes, un asesor del Congreso señaló que un comité bipartidista de la Cámara de Representantes que investiga al Partido Comunista de China empezó a investigar las pruebas positivas.
Lilly King, dos veces medallista de oro olímpica y miembro del Consejo Asesor de Atletas de USA Swimming, declaró que ya no confía en que la AMA esté haciendo su trabajo para mantener fuera de las Olimpiadas a los atletas que violen las normas antidopaje.
“No confío en que cuando me suba a los podios de salida las personas a mi derecha y a mi izquierda estén limpias”, dijo King en una entrevista telefónica el viernes. “Y eso es muy lamentable, porque eso no es algo en lo que debería pensar mientras compito en los Juegos Olímpicos”.
The New York Times informó el mes pasado que la AMA no siguió sus propias normas después de que 23 nadadores chinos de élite dieron positivo por el mismo fármaco prohibido en 2021, meses antes de los últimos Juegos Olímpicos. El fármaco —trimetazidina, conocido como TMZ— es un medicamento cardiaco recetado, pero es popular entre los atletas que buscan una ventaja porque les ayuda a entrenar más duro, recuperarse más rápido y se mueve con rapidez por el cuerpo, por eso es más difícil de detectar.
Dos días después de la publicación del artículo del Times, el presidente de la AMA, Witold Banka, y otros altos cargos de la agencia celebraron una conferencia de prensa durante la cual afirmaron que no tuvieron más opción que aceptar la explicación que ofreció la agencia antidopaje china sobre los casos positivos. La agencia china aseguró que todos los nadadores habían ingerido el fármaco sin querer porque comieron alimentos de una cocina contaminada con TMZ.
En los días posteriores, la AMA publicó un extenso documento en el que intentó explicar de nuevo su decisión.
Sin embargo, ninguna de las dos medidas satisfizo a los atletas, a las autoridades deportivas ni a las autoridades antidopaje, quienes quedaron perplejos ante la aparente falta de voluntad de la AMA para llevar a cabo su propia investigación de las pruebas positivas. No obstante, unos días después de que se hizo pública la noticia, la AMA nombró a un fiscal especial, Eric Cottier, para que revise cómo la agencia manejó el caso.
Esta decisión también produjo críticas inmediatas.
Cottier es un exfiscal general de Vaud, una región suiza que se ha convertido en el centro del deporte internacional y es la sede de varias organizaciones deportivas, entre ellas el Comité Olímpico Internacional. Sin embargo, las entrevistas revelaron que el miembro de la AMA que designó a Cottier para dirigir la investigación había estado a cargo de auditar el departamento de inteligencia e investigaciones de la agencia cuando los nadadores chinos dieron positivo.
Atletas retirados y activos ahora piden más pruebas en todo el mundo de cara a las Olimpiadas de París, pero reconocieron que es poco probable que sus inquietudes en relación con el regulador mundial antidopaje se apacigüen a tiempo para la ceremonia inaugural.
King, la nadadora estadounidense, mencionó que, cuando se enteró de las pruebas positivas no reveladas, sintió como si fuera una repetición de su experiencia en los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando le ganó una medalla de oro en los 100 metros de pecho a una nadadora rusa, Yulia Efimova, quien no había pasado una prueba de dopaje a principios de ese año, pero pudo competir después de que se anuló el resultado en una apelación.
Katie Meili, una representante de atletas en la junta directiva de USA Swimming y medallista de bronce en esa carrera por detrás de King y Efimova, comentó que los atletas habían “depositado mucha fe en la AMA”.
“Sí, las pruebas positivas son preocupantes y eso es malo”, opinó. “Pero me parece más preocupante que el regulador internacional no haga su trabajo”.