autor: Miguel Gonell Jackson
NEW JERSEY.- Retrocediendo y analizando los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), he llegado a la conclusión, de que esta organización política, debe seguir recibiendo el rechazo electoral de la población nacional y de los criollos en el exterior.
Sería un inminente peligro permitir por desconocimiento, un átomo de oportunidad que abra una oportunidad de su regreso al poder.
Los casos de corrupción, impunidad y saqueos de los bienes del estado en que incurrieron funcionarios y autoridades peledeístas, no deben cegarnos, ni permitirnos olvidar jamás, los desaciertos imperdonables en desmedro de nuestra nación.
Veinte años en que se vendieron por migajas las empresas del estado dominicano, se regalo la Rosario Dominicana, se sobrevaluaron las obras construidas, e ilícitamente se apropiaron de los dineros de instituciones públicas, no se pueden pasar desapercibidamente.
Tendríamos que estar locos para olvidar toda la desgracia que trajo el PLD al pueblo dominicano, sin exceptuar a miles de dirigentes y miembros de su partido, que fueron masoquistas, ya que solo se les utilizaba para hacer quórum, reuniones, concentraciones políticas, recaudar fondos y votar en las elecciones.
Dios libre al pueblo dominicano de volver a caer en las garras del PLD. Un partido que violentan los principios doctrinarios del profesor Juan Bosch, que le dieron origen.
El Partido de la Liberación Dominicana, PLD, representa el retroceso, constituye un peligro para el avance y desarrollo que anhelan los dominicanos de la presente y futura generación. Usar la conciencia leyendo su maquiavélico historial, sería lo más conveniente para obstruir sus pretensiones malsanas de regresar al poder en el 2028.
La creciente población dominicana, no debe, ni puede cometer el error de reelegir a quienes desfalcaron de los bienes de la nación quisqueyana.
Lo que aún nos queda debemos preservarlo para la generación venidera de dominicanos, el PLD, constituye un peligro público en medio del camino.