Rafael Baron Duluc (Cholitín) afirma que la reforma busca redistribuir riquezas. (Ilustración: Pedro Ramírez).
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – El senador por la provincia La Altagracia, Rafael Barón Duluc (Cholitin) ponderó el contexto situación de la reforma a la Carta Magna desde la perspectiva constitucional, laboral y fiscal con base a la gestión del Gobierno de Luis Abinader.
Barón Duluc es un gerente de Estado. Con experiencia en administración municipal, empresario del sector inmobiliario turístico y con visión de desarrollo e innovación, pilares que desea inyectar a cada proyecto de ley que emerge de sus preocupaciones y desde sus convicciones de servicio comunitario mediante su carrera política y bagaje empresarial.
Reforma legítima y socializada
“Siempre he dicho que la reforma, si bien es cierto, hay que iniciarla, no significa que haya que sancocharla como se dice, popularmente. La reforma debe ser legítima y salir de las extrañas del Poder Legislativo que representa al pueblo, porque nosotros somos representantes del pueblo y al final somos la voz que el pueblo no puede expresar de manera directa”, aclaró.
Duluc agregó que: “La reforma hay que socializarla, discutirla, porque hemos vivido muchos años sin la reforma, no hay que llevarla a la carrera. Esta reforma constitucional no tiene graves problemas, ya tenemos una Constitución que se modificó en el 2010 que cambió el sistema del Estado dominicano y que es una Constitución muy buena”.
En una entrevista concedida a Nuevo Diario AM, el exalcalde de Higüey y ahora senador por La Altagracia aseguró que, “realmente, son detalles que se están reformando de la Constitución, no es una modificación integral. La constitucional es más sencilla, no es tan radical”.
La reforma fiscal y laboral
De la reforma fiscal sostuvo que esta sí conlleva una reforma integral y, posiblemente, mayor discusión y mayor tiempo.
Sin embargo, concerniente a la reforma laboral recordó que: “Tenemos décadas discutiéndola y de una manera u otra, ya hay mucho consenso a las cosas que hay que modificar, también, es una reforma que amerita que tanto el sector empleador, el empresarial y el sindical de los trabajadores, al final nos pongamos de acuerdo”.
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Advirtió que, de ser una reforma traumática para alguno de estos sectores, “no será buena”.
En ese sentido, este tema ha acaparado la opinión pública, y la agenda pública, de manera tal que, el pueblo grita a viva voz sus más ínfimas necesidades, mientras, sectores perciben que hay una concentración desde el gobierno o cierta presión estratégica que, no se corresponde con el clamor popular.
“A veces estas reformas, constitucional o fiscal, el pueblo simple y llano no entiende cuál es la repercusión de una reforma, pero, nosotros para lograr un desarrollo por estar en vías de desarrollo, tenemos que realizar desde el punto de vista legislativo, los cambios y transformaciones que se necesitan para lograr ese desarrollo”.
Redistribución de riquezas
Sincerizó que, al final la reforma constitucional lo que busca es una mejor distribución de la riqueza, donde haya una mejor economía para el Estado dominicano, porque todos los servicios públicos, todo lo que el pueblo quiere es seguridad ciudadana, calidad de vida, hospitales buenos y eficientes, buen seguro de salud y educación de calidad.
“Todo conlleva gastos. En la medida que tú tienes mejor recaudación y mejor ingreso, es que se podrá mejorar la calidad de vida”, alentó.
Dijo que estas reformas van de la mano con un recorte del gasto para eficientizar el servicio público, “se está hablando de reducir legisladores, de fusionar ministerios y direcciones, de suprimir algunas, es para que, todos hagamos el sacrifico, tanto el sector público como el privado para lograr el país que soñamos”.
Mientras tanto, la reforma constitucional, de trabajo y fiscal continúa siendo objeto de las tres D: discusiones, debates y discordias.