EL NUEVO DIARIO, REDACCIÓN ECONÓMICA.- La productividad laboral constituye el vínculo entre el trabajo realizado por una persona y los recursos que ese individuo usa para generar la producción. Es la medida que se usa para medir la cantidad de bienes y servicios que gestiona una persona en un tiempo determinado.
Actualmente América Latina y el Caribe no ha logrado un camino sostenido de crecimiento económico, ya que se observa una brecha importante en materia de inversión, que se traduce en que hoy sea la región con menores niveles de inversión a nivel mundial, mientras que existe una productividad que ha permanecido estancada y que ha decaído en las últimas décadas.
Por otro lado, está envuelta en trampas que frenan su desarrollo, una de ellas es la baja capacidad para crecer, le sigue la alta desigualdad, la baja movilidad y débil cohesión social, además de las bajas capacidades institucionales y de gobernanza poco efectiva.
A pesar de esto la República Dominicana se posiciona como una de las naciones de América Latina y el Caribe con mejoras en la productividad laboral durante el periodo 2005-2024, que junto a naciones como Uruguay y Costa Rica superan el 50% de esta medición en toda la región. Nuestra nación es superada por Panamá con un aumento de productividad de alrededor de 151%, contrario a Venezuela que la redujo a un 52% a consecuencia de contracciones con el PIB.
Así lo asegura la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe “Panorama de las Políticas de Desarrollo Productivo en América Latina y el Caribe 2024”, donde también afirma que “la brecha de productividad en la región ha aumentado en las últimas dos décadas ya que, mientras en el año 2005 la productividad de los países podían considerarse de ingreso alto (es decir, de 25 dólares por hora trabajada y la de los de ingreso mediano bajo ascendía a 5 dólares), en 2024 dicha productividad era de aproximadamente 34,4 dólares por hora trabajada y de 6,5 dólares por hora trabajada, respectivamente”.
Sin embargo, es importante aclarar que América Latina y el Caribe ha logrado buenos resultados en beneficio del impulso de la productividad laboral, pero el problema radica en que no existe una reasignación efectiva de recursos entre los diversos sectores. Finalmente, cabe destacar que el crecimiento se ha visto expuesto gracias al progreso en los sectores, como incrementos del capital físico o humano, avances tecnológicos y la eliminación de empresas con baja productividad para dar paso a otras más eficientes.